En el momento en el que pudimos descifrar nuestra información genética el rumbo de nuestra evolución cambió para siempre.

Esto sucedió a finales del siglo XX, a través del gran Proyecto del Genoma Humano, cuando un grupo de investigadores hizo un viaje sin precedentes hacia el interior de nuestro cuerpo. Esto fue posible ya que se alcanzó el nivel tecnológico necesario para decodificar todos los genes de nuestra especie (también conocido como el genoma humano). El resultado marcó el inicio de una revolución científica y de un cambio de conciencia ya que nos permitió entender quiénes somos y cómo podemos llevar nuestra realidad biológica a otro nivel de equilibrio.

En el transcurso de este nuevo milenio se han esclarecido cada vez más secretos de nuestro código genético. Hemos aprendido sobre la herencia genética de nuestros antepasados y sobre la débil idea de las razas puras; se comprobó la capacidad de transmitir a nuestros hijos no sólo rasgos físicos sino también características metabólicas y la predisposición a desarrollar condiciones específicas. Actualmente se investiga el potencial de nuestros hábitos para modular la expresión genética, prevenir enfermedades y tener mayor longevidad, por mencionar algunos puntos críticos que impactan nuestro esquema de salud y bienestar.

En una segunda exploración a los rincones inéditos de nuestro interior, las tecnologías de secuenciación genética permitieron que los científicos más prestigiosos del mundo llegaran a lo que parece un universo paralelo de nuestra identidad biológica: el microbioma humano, un conjunto de células microbianas que habitan en cada rincón de nuestro cuerpo. Desde hace años se intuía que estos microorganismos jugaban un rol importante en nuestra salud, pero no se contaba con los avances científicos suficientes para corroborarlo. Lo esencial de sus funciones rompió con cualquier expectativa. La microbiota participa en la regulación de las funciones metabólicas y, sorprendentemente, en la modulación de nuestro estado de ánimo, comportamiento y calidad de sueño.

Los estudios de genética y microbiota humana están abriendo paso a una transformación positiva en nuestros estilos de vida. Están funcionado como un puente sólido para migrar de la medicina reactiva hacia esquemas de salud preventiva e integral. En consecuencia, cada vez más especialistas del sector de salud y bienestar están personalizando sus consultas y aumentando la efectividad de sus tratamientos, apoyándose de estudios que les permiten conocer el perfil único de genes y microorganismos de sus pacientes. Aquí es donde participan equipos multidisciplinarios como el de Alchemycode, empresa de ciencia y bienestar integrada por especialistas en genética, microbiota, nutrición, bioinformática, salud funcional y expertos en cambios de hábitos.

Estos grupos de especialistas de diferentes áreas colaboran con la intención de generar ciencia en beneficio de la calidad de vida de las personas. Se trata de acercar el conocimiento científico más avanzado a la cotidianidad, permitiendo que la gente tome el control sobre su salud, optando por vías preventivas y aplicando estrategias personalizadas basadas en su propio código de bienestar.